La mejor "arma" en política es la "información". Pero no es suficiente tenerla, es lo qué haces con ella.
La
política es un arte, la inteligencia un talento, pero la creatividad es un don
que pocos tienen. Combinar la inteligencia con la política no se traduce en lo
que la mayoría comenta que es ser estratégico o saber que fichas mover en el
tablero político, la inteligencia política consiste en obtener información
veraz desde adentro de los partidos políticos, organizaciones no
gubernamentales e incluso de entidades de gobierno, lo cual te permita vencer a
los adversarios, adelantarse a sus acciones, combatir a opositores políticos,
control o seguimiento de organizaciones sociales para prever sus conductas o de
persecución con distintos fines.
En
tanto la inteligencia política resulta de gran utilidad para la organización
política y por consiguiente para el candidato, por más que muchas personas lo
vean como una acción desligada de la ética o de espionaje. El hecho de poseer
información sobre los adversarios o sobre los distintos actores participantes
en la contienda electoral o en el gobierno en funciones (como los grupos de
presión), va a permitir que se tenga una visión global de los escenarios y por
ende, una mayor capacidad de maniobra frente a las situaciones presentadas.
Sin
embargo, suele confundirse con el war room en el hecho de que maneja
información veraz, pero resulta, que ese es otro error, porque la inteligencia
política suministra información valiosa al war room pero es solo una de las
fuentes de información. El war room, a partir de la información que recaba de
los medios de comunicación, el monitoreo y seguimiento de los funcionarios
públicos, actores políticos, instituciones y de la investigación política
(encuestas, grupos focales, tracking poll) gestiona y predice los posibles
escenarios en medio de la incertidumbre, para responder a las inquietudes,
construyendo estrategias ganadoras (acertadas) y a la vez es capaz de leer los
cambios de humor de la opinión pública para reorientar las tácticas en función
de ello. Obviamente, debe evitarse que la militancia política, actores poco
comprometidos, de refutable reputación o ambiguos formen parte de este, porque
pueden generar sesgos, contaminar la información o lo que es peor, difundirla.
El war
room no solo es capaz de predecir eventos sino de dar respuesta a ello; pues es
el encargado de establecer las estrategias para lograr posicionamiento del
actor público en funciones o del que ostenta el poder. Pero lo más importante
del war room es medir los riesgos, y determinar el camino correcto para
alcanzar los objetivos trazados por el gobierno (actor político en funciones) o
por el candidato (en contienda electoral). Como herramienta política es
esencial para ir siempre delante en el tablero político y ser quien establece
la ruta de la campaña o de su gobierno.
Por
ello, la importancia de que un gobierno en funciones, una campaña electoral e
incluso un partido político cuente con, entre otras herramientas, la
inteligencia política y el war room, porque así logrará estar un paso al frente
de sus adversarios, opositores y grupos de presión para trazar la estrategia e
incluso definir el escenario político y su contexto. Tomando en cuenta que
mientras la inteligencia política permite obtener, registrar, procesar y
utilizar información estratégica que conduce al actor político a estar
informado y saber las tácticas de los actores políticos, sea en funciones de
gobierno o en la contienda electoral; el war room, es capaz de diseñar y
construir las estrategias que permitan dar respuesta al escenario previsto
obteniendo mejor posicionamiento o el triunfo electoral, según sea el caso.
De
allí la importancia de hacer uso eficiente de estas herramientas, pues la
definición de estrategias dependerá de la posición que tenga el actor político
(en funciones o como candidato) en el imaginario político de los ciudadanos o electores,
y partiendo de ello, se debe decidir, según sea el propósito u objetivo a
alcanzar cual estrategia usar, e incluso en qué momento usar cuál estrategia, y
teniendo siempre una estrategia preparada de acuerdo a estudios de escenarios e
incertidumbre, para que en caso de ocurrir algún hecho posible tener una
respuesta oportuna, sea mediática o de mercadeo directo. Sin duda, la
estrategia define el destino del actor político, si es el éxito o el fracaso.
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